No-autoría
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En la segunda mitad del siglo XX, como consecuencia de la puesta en crisis del modelo del artista como “genio”, se fue consolidando progresivamente una disolución de la figura del artista como autor, introduciéndose otros apelativos que lo desplazaron de ese estado de “iluminación” al de productor (como especularía Walter Benjamin), o al de etnógrafo (como hiciera Hal Foster), o más recientemente al de mediador o instigador. Al mismo tiempo, la autoría clásica ligada a la figura individual en el marco de nuestro sistema productivo capitalista, ha ido afianzando procesos competitivos, jerarquizados y de fracaso/éxito neoliberales. De modo que, especialmente en la últimas décadas, han aparecido nociones como “no-autoría” que hablan de la necesidad de introducir otras valoraciones en relación a quién produce la creatividad, cómo se generan las ideas, quién consigue patentarlas, o beneficiarse de ellas y por qué, quién rentalibiliza el capital simbólico o incluso el material de una producción de arte comunitario, etc. Los proyectos de no-autoria apuntan a procesos de cooperación que aspiran a un cambio estructural colectivo. Estos proyectos entienden que los procesos creativos involucran a muchos autores al sumar distintas inteligencias o habilidades en sus procesos; de modo que es necesario des-jerarquizar o "blanquear" ese modo de hacer y desarrollar sistemas en lo que todo se va a negociar y decidir entre todos los agentes involucrados en un proceso creativo, y sobre los beneficios que éste genere. Por tanto, y sin ánimo de luchar contra la autoría individual, pues siempre existirá y será necesaria al responder a una pulsión individual humana, se avanzará hacia autorías colectivas.Genealogías de la práctica
- Colectivo de Cine de Clase (“Class Cinema Collective”) (España / Spain)
El Colectivo de cine de Clase, impulsado por Helena Lumbreras y Mariano Lisa, puede considerarse como una iniciativa pionera en España en cuanto a las estrategias del cine militante feminista, y las narrativas de la resistencia social en los espacios colectivos de las luchas obreras. “En ‘O todos o ninguno’ (1975-76), decidimos que todos los que participaban en el film se iban a presentar ante la cámara, incluyendo los obreros, como un desafío ante el poder. Era una forma de decir 'la clase obrera no tiene miedo. Vamos a salir a la calle y vamos a salir en la pantalla. Aquí estamos y si queréis nos podéis coger y llevar a prisión, pero tendréis que encarcelar a todo un regimiento porque somos responsables todos los que participamos en el film.’ Fue la primera vez que utilizamos el término Colectivo de Clase y lo mantuvimos en la siguiente película ‘A la vuelta del grito’ (1977-78)“. Entrevista a Mariano Lisa, en María Camí Vela: “Entre la esperanza y el desencanto. El cine militante de Helena Lumbreras” publicado en Puntos de Vista. Una mirada poliédrica de la historia del cine. D.Aranda, M.Esquirol, J.Sánchez-Navarro (Eds.) Barcelona: Editorial UOC, 2009
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